Los chimpancés ocupan el segundo puesto en inteligencia, casi nada nos separa de ellos, por lo que no sería raro que pudiesen aprender un lenguaje, aunque fuese uno sencillo.
En los años 30 y 40 dos parejas de psicólogos adoptaron crías de chimpancés. Se les enseñó a vestirse, a ir al baño, a lavarse los dientes y a lavar los platos. Uno de ellos, llamado Gua, fue criado con un niño de su misma edad pero nunca llegó a articular palabra alguna. Otro llamado Viki, recibió un intenso adiestramiento de lenguaje. Sus criadores le colocaban los labios y la lengua en las posiciones adecuadas para producir palabras. Con el tiempo aprendió a pronunciar tres palabras que se podían interpretar como ˋmamá´, ˋpapá´ y ˋtaza´ aunque las confundía a menudo.
También respondía a ˋbésame´ y a ˋtráeme el perro´ pero no entendía cuando se combinaban como por ejemplo: besa al perro. A finales de los 60, otros investigadores realizaron este tipo de experimentos con bebés chimpancés. Washoe y Koko aprendieron el lenguaje de signos Americano. Según sus cuidadores, aprendieron cientos de palabras y podían ordenarlas en secuencias con significados e inventaban otras como ˋpájaro agua´, para nombrar a un cisne. Con lo que se llegó a la conclusión, de que el lenguaje ya no era un dominio exclusivo del hombre.
Uno de los investigadores era sordo de nacimiento y reconoció, que realmente los monos no aprendieron el lenguaje de signos. Los investigadores oyentes, registraban como signo cada movimiento que hacían los chimpancés pero el investigador sordo, no veía tantos signos. Para los investigadores oyentes, si el mono se llevaba el dedo a la boca, es que estaba haciendo el signo de bebida; si se rascaba, lo anotaban como el signo de rascar.
Con frecuencia un mismo movimiento del chimpancé se interpretaba como diferentes palabras, dependiendo de la palabra que mejor se acomodara al contexto según el juicio de los observadores.
Pero con el tiempo, se dieron cuenta de que los gestos que hacían los chimpancés estaban mezclados que los gestos que realizaban en estado salvaje. Sus signos no se coordinaban unos con otros. Tras varios años de adiestramiento intensivo, su aprendizaje permaneció de forma constante mientras que el aprendizaje de un niño, aumenta.
En definitiva, los chimpancés en el fondo ˋno sabían de qué iba la cosa´. Para ellos, a los cuidadores les gustaba que hicieran los gestos y luego les daban una recompensa, pero no entendían la razón de ser del lenguaje ni como utilizarlo. Algunas veces hacían gestos debajo de la mesa o a espaldas de su
interlocutor y era muy raro que se comunicaran de forma espontánea. Otras veces, los signos que realizaban eran imitaciones de los signos que acababan de hacer los cuidadores.
El chimpancé podía aprender la palabra ˋcepillo de dientes´ pero para ellos era lo mismo que ˋlavarse los dientes´, ˋpasta de dientes´, ˋcepillarse los dientes´… o la palabra ˋzumo´ que para ellos también significaba ˋguarda el zumo´, ˋ tráeme el zumo´, ˋbébete el zumo'…
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